Ha pasado una semana desde el desborde de las aguas de la cuenca hidrográfica del Paine.
Las aguas han bajado bastante… con ello la adrenalina también…
Lo cierto es que lo ocurrido merece ser analizado para ver qué es lo que realmente pasó…
¿Real peligro?…. ¿sobre reacción?…. ¿afán protagónico (muchos reporteros para tan poca noticia)?…
Solo a modo de reflexión y para iniciar el análisis preguntémonos:
Si el Estado Chileno tuviera a cargo el Ventisquero Perito Moreno…. ¿cerraría el Parque cada 4 años por riesgo de desprendimiento o, como nuestros vecinos, vería en ello una oportunidad de negocio?…
Volvamos a nuestro desborde o inundación (para ser sincero no sé qué palabra usar).
Hagamos un auto análisis y sincerémonos… ¿cómo sentí este evento? … ¿me hicieron pisar el palito?
¿Tuvimos tanto riesgo?… ¿era necesario cerrar rutas, inhabilitar y prohibir pasos o podíamos haber hecho algo mejor?
Hablando con los antiguos operadores del parque (públicos y privados) me contaban sobre la época en que se pasaba por el borde del Lago Pehoé con el agua hasta el capot del camión, para llegar hasta Serrano con lo necesario para seguir haciendo turismo. He visto fotos de pioneros cruzando el mismo Río Paine en el afán de iniciar las primeras construcciones que hoy albergan al visitante.
¿Qué pasó?… ¿Se debilitó el temple?… ¿Nos asustó nuestra Patagonia?… ¡O quizás eran mejores los choferes y los vehículos de antes! (no es mi afán caricaturizar, pero si sacudir).
Una cosa queda clara: hay una URGENTE necesidad de inversión en los accesos viales a cada una de las locaciones del Parque. ¡Eso no es nada nuevo!… (A modo de ejemplo: todavía operamos con un puente mecano sobre el Río Paine para llegar a uno de los sectores más visitados del Parque, siendo ese puente la resaca de un evento anterior).
Pero mientras las inversiones no se hagan… ¿volveremos a reaccionar así?
Y no se trata solo de ser o no cobardes, se trata de que cuando el Estado mueve a la ONEMI y sus otros entes, eso no es gratis. Tampoco lo son las soluciones de parche que cada emprendedor privado debe colocar porque el Estado no ha hecho las inversiones necesarias.
A ello debe sumarse el daño que se le hace al destino y a los emprendedores y esforzados operadores que deben colocar otra vez la cara ante sus pasajeros para decirles que el Parque está cerrado o restringido, palabras tan poco amigables para el visitante que con mucho tiempo preparó su viaje hasta el fin del fin del mundo para vivir la libertad prístina del paisaje patagónico. ¡En su lugar se encuentran con palos, barreras mal aspectadas, letreros garabateados que desinforman y largas filas de internacionales visitantes que emulan más bien un comedor carcelario que el acceso a un Parque Nacional!
Es por eso que debemos analizar si fue o no fue tan grave o peligroso este evento como para haber movido tanta tropa.
Quién siendo autoridad decida cerrar, prohibir o restringir como forma de administración está jugando al revés. Está siendo parte de un Estado dicotómico que invierte promocionando y a la vez mal gasta dineros en soluciones de parche que desincentivan tanto al operador como al visitante.
No soy poseedor de la verdad pero tengo opinión… y la vierto como una forma de incentivar el análisis.
Aleksandar Mihovilovic
Director de la Asociación Gremial de Hoteles y Servicios Turísticos de Torres del Paine (HYST)