A inicio del año 2017, la consultora McKinsey Global Institute, publicó los resultados de un estudio enfocado en el impacto de la futura automatización del empleo, en cuyo informe indica que son “3,2 millones los empleos en Chile, que pueden ser automatizados en los próximos 20 a 40 años, lo que representa el 49% del total de trabajo que hoy se ofrece en el país”.
Añade además que, “Si usted trabaja en el retail, en áreas extractivas, en tareas administrativas, en recopilación de datos, en el área de la salud o las finanzas, en fin, si usted trabaja en algo que tiene cierto grado de rutina, todo o buena parte de su trabajo va ser hecho por máquinas o programas”.
Creo que la finalidad de este estudio, más que generar pánico e incertidumbre en el mundo laboral, es un llamado de atención para las autoridades y sociedad civil de incorporar esta realidad latente, en todo proyecto asociado al mercado laboral y su normativa legal vigente.
Y, he aquí la puesta en valor de la industria turística por parte de la Subsecretaria de Turismo en el ámbito laboral, ya que cuando el proceso de automatización se acelere, será necesario facilitar la reconversión del empleo. Y, precisamente un captador del mismo será la industria turística.
¿Por qué, se preguntarán?. Pues bien, la misma consultora indica que los empleos que menos riesgo tienen de automatizarse son aquellos que “requieren habilidades humanas, como la negociación, la persuasión y la originalidad”.
El turismo de experiencias, tiene entre sus pilares fundamentales la interacción directa entre los turistas con la cultura, patrimonio y biodiversidad del lugar que es visitado. Independiente que el turismo de experiencias puede y va a incorporar tecnología; la esencia del mismo radica en el contacto entre personas, ya que son las personas quienes facilitan y agregan valor a la experiencia del turista.
A pesar de lo anterior, creo estamos avanzando a “contramano”, ya que es evidente la fuga de talento humano con vocación y enfoque al turismo; hacia otras industrias como la acuícola y minería; las que, dicho sea de paso, son las con mayor posibilidad de automatización en el mediano largo plazo.
¿Y por qué está aconteciendo esto?
Debido a la estacionalidad del turismo, que dado la situación actual, principalmente en la Provincia de Ultima Esperanza, hace muy difícil la retención del talento humano y el emprendimiento turístico.
Aun así, nuestra Asociación continuará su trabajo de generación de propuestas e iniciativas para desestacionalizar la industria y prepararla para una futura reconversión del empleo de Chile.
Víctor Fernández Salinas
Gerente de la Asociación Gremial de Hoteles y Servicios Turísticos de Torres del Paine (HYST)