Durante el 01 de Mayo, feriado internacional donde se celebra el Día del Trabajo, 25 voluntarios disfrutaban de un asado en Cerro Castillo, posterior a 4 días de trabajo voluntario en los circuitos de la W en el Parque Nacional Torres del Paine ; como resultado de la cada vez más reconocida “Fiesta de la Limpieza”.
Esta campaña simple, significativa y altruista; liderada por Javier Rojel y Luisa Alegría; se inició el 2010 como una actividad de retribución al Parque Nacional Torres del Paine, realizando la limpieza de los desechos que se encuentran en los senderos de los circuitos de montaña del mencionado Parque, principalmente en miradores y lugares de descanso.
Esta campaña está siendo apoyada por diferentes entidades como CONAF, Municipalidad de Torres del Payne, ONG AMA Torres del Paine y la Asociación de Hoteles y Servicios Turísticos de Torres del Paine, entre otros. Esto debido al alcance e impacto que genera una campaña de este tipo, y que tiene relación con la visión de todas estas entidades, aun cuando existan diferentes enfoques. Esto es, el desarrollo sustentable de los territorios.
Sin embargo, esta campaña también entrega información valiosa respecto al comportamiento de los turistas en los senderos de montaña. Por ejemplo, según lo informado por el comité organizador de la Fiesta de la Limpieza, fue posible recoger aproximadamente 100 kilos de residuos, con un porcentaje importante de desechos orgánicos y restos de comida.
Esto es una evidencia, que aun cuando los turistas que realizan actividades de trekking en Torres del Paine son cada vez más conscientes de la ecología del lugar que visitan, crecen de una inducción y capacitación apropiada en lo que respecta a manejos de residuos en la más pequeña escala.
En ocasiones, los turistas creen que dejar estos residuos “amigables” con el medio ambiente generan un beneficio ecológico al sector; mientras que su impacto es negativo, tanto en la experiencia de los turistas al encontrar estos desechos en su andar; como también al generar un desbalance de los procesos ecológicos del sector. Un ejemplo de ellos son cambios conductuales en los patrones de alimentación de la fauna y obtención de energía “gratuita” para algunas especies que poseen mayor tolerancia a la intervención y relación con los humanos. Tordos y chincoles se vuelven más competitivos que otras especies de aves por su habilidad de alimentarse de nuestros desechos orgánicos.
Por ello, todos los entes que realizan sus funciones en torno al Parque Nacional Torres del Paine, como empresarios, guías, guardaparques, entre otros; debemos comprometernos y trabajar en conjunto para generar protocolos de capacitación e inducción al visitante, para empoderar al turista a disminuir su impacto, su huella en la Octava Maravilla del Mundo.
Víctor Fernández Salinas
Gerente de la Asociación de Hoteleros y Servicios Turísticos de Torres del Paine (HYST)