El Jueves pasado tuve la oportunidad de ser invitado a la presentación de la adjudicación del proyecto “Fibra Óptica Submarina, la nueva Carretera Austral”. Durante esta presentación, debo decir, quede perplejo ante la posibilidad del nuevo mundo que se avecina.
Primero, algunos datos técnicos: este proyecto contempla la unión de Magallanes con Chile, la tan anhelada conexión de Chile por Chile, y por ende, de nuestra Región con el Mundo. Esto se concretará con la instalación de más de 3.000 kilometros de cable de fibra óptica terrestre, pero en su mayor porcentaje submarina, entre la Región de Los Lagos y las principales ciudades Regionales: Puerto Edén, Puerto Natales, Porvenir, Punta Arenas y Puerto Williams. Esta obra de gran magnitud, adjudicada por una alianza entre la empresa chilena CTR y el gigante Chino Huawei, cuenta con un presupuesto sin igual para su ejecución: 100 millones de dólares, que corresponde a la mayor inversión que ha realizado el país en su historia en conectividad digital.
En 3 años más, celebraremos una hazaña histórica: los 500 años del descubrimiento del Estrecho de Magallanes y también en descubrimiento de Chile. Parece hasta romántico, que para esa misma fecha, coincida que ya tendremos en 2 años de uso de la Fibra Óptica Austral (el proyecto finaliza el 2018). De esta forma Magallanes nuevamente estará a la vanguardia de Chile, tal como ocurrió hace 500 años atrás.
Uno de los principales temas de los exportadores magallánicos, es la competitividad, ya que deben trasladar materias primas y el producto terminado más de 3 mil kilómetros; y aun así, deben llegar a precios competitivos de sus productos con el centro del país. Lo que nos ofrece la Fibra Óptica Austral es la posibilidad de una total revolución de las exportaciones. Se nos construirá una columna vertebral que en su interior llevara un “sistema nervioso” de gran capacidad para la interacción de datos. Trabajar desde Puerto Natales en temas digitales, será exactamente los mismo que desde Nueva York, Madrid o Hong Kong. Las distancias ya no existirán.
Por ello, el desafío que tenemos como comunidad es enorme: sentar las bases para armar una industria de exportación de tecnología y conocimiento desde Magallanes al Mundo. Es empezar a generar y desarrollar este cerebro regional que este a la altura de la columna vertebral que se estará construyendo.
Pues bien, ya están en marcha algunos proyectos que se vislumbran, permitan el desarrollo de este cerebro de su estado primitivo a algo más avanzado. La construcción del Centro Antártico Internacional, del centro subantartico, del centro de investigación biomédica; son solo ejemplos de que la exportación de conocimientos y tecnología es algo posible en el mediano plazo, con la llegada de la fibra óptica austral. Recordar también, que somos la Región más Antártica del Mundo, con un clima y biodiversidad únicos; y que falta mucho por investigar. ¿Qué nuevos conocimientos aplicados se podrán descubrir y desarrollar en los próximos años?. El potencial es infinito.
Pero debemos permitir que este cerebro se desarrolle a su máximo potencial, de lo contrario la fibra óptica austral solo permitirá una conexión a internet más rápida en Magallanes, gracias a un “fideo” muy caro, que yacerá en el fondo del mar.
Víctor Fernández Salinas
Gerente de la Asociación Gremial de Hoteles y Servicios Turísticos de Torres del Paine (HYST)