“Ser un país estable y una economía abierta no es suficiente para sostener el desarrollo empresarial o responder a las demandas de la sociedad” fue una de las frases destacadas que expresaron expertos de la OCDE; quienes, durante el Seminario Confianza, Crecimiento y Desarrollo productivo sostenible, hicieron entrega del resultado de la revisión de la Política de la Transformación Productiva de Chile. Y una de las recomendaciones de la OCDE fue: “Se necesita un nuevo pacto entre el Gobierno, la comunidad empresarial, el mundo académico y la sociedad para permitir que Chile emprenda su camino hacia la prosperidad”.
Tuve la suerte de participar del mencionado seminario, por lo que pude escuchar directamente como las diferentes ponencias de importantes autoridades y organismos internacionales mencionaban constantemente la necesidad de generar confianza, tal como se indicaba en el mismo título del seminario.
Mi presencia en el lugar, respondía al apoyo para la difusión de los resultados que se han obtenido durante el otrora Programa Estratégico Regional (PER) de Turismo, que ha sido desarrollado por Corfo Regional durante los últimos dos años; y que ahora se denomina proyecto Transforma Turismo.
Grande fue mi sorpresa cuando expertos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) expusieron resultados tempranos de los diferentes programas estratégicos que ha desarrollado Corfo a nivel nacional, dentro de los cuales se encontraba el turismo. Un aspecto positivo destacado fue: “Liderazgo del programa con gran conocimiento de la industria y del sector público. Generador de confianza”.
Así es, este programa está logrando las condiciones, el escenario adecuado para generar las confianzas necesarias entre el sector público, privado, academia y sociedad civil, para sentar las bases de una Gobernanza Turística a través de la cual, sea posible una planificación territorial, entre otras funciones.
Nos motiva lograr este objetivo y comenzar a observar que la diversidad de actores que intervienen en la industria turística, se vuelven cada vez más maduros; lo que permite una mayor y mejor comunicación, predisposición al trabajo conjunto; y por ende, la generación de confianzas.
Sin embargo, lo anterior no será posible de lograr si no tenemos las reglas claras y la definición de actores tan importantes como la entidad que administra las Áreas Silvestres Protegidas de Chile.
Actualmente, esta responsabilidad recae en la Corporación Nacional Forestal (CONAF), sin embargo, ya en el 2008 el Tribunal Constitucional, recomendó su transformación de corporación privada a servicio público. Es decir, la creación del Servicio Nacional Forestal (SENAF). Este proyecto de ley se encuentra en revisión en la Comisión de Agricultura del Senado, con el carácter de suma urgencia, para poder sacarlo durante este mes.
Sin embargo, es muy probable que esto no se concrete debido, entre otras cosas, a la controversia generada por un artículo que introdujo la Cámara donde se alude al Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas (SNASPE) y se deja bajo tuición del futuro SENAF a todos los parques existentes, mientras que solo los que se creen a futuro estarían al alero del Servicio Nacional de Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente; otro proyecto en trámite pero sin visos de mucho avance. Esto duplicaría funciones en dos servicios distintos y peor aún, generaría Áreas Silvestres Protegidas de primera y segunda categoría.
Estamos expectantes. Más de la mitad del territorio de nuestra región es Área Silvestre Protegida, por lo que toda planificación territorial radica, en gran parte, en la definición de este actor para la posterior generación de confianzas.
¿Será CONAF, SENAF o Servicio de Biodiversidad?
Independiente del nombre, esta entidad debe contar con el presupuesto y capacidad de gestión suficiente para que sea un actor que aporte al desarrollo territorial.
Víctor Fernández Salinas
Gerente de la Asociación Gremial de Hoteles y Servicios Turísticos de Torres del Paine (HYST)