¿Cuál es su percepción respecto a la importancia que le asigna el Estado de Chile a la conservación del patrimonio natural, representado por las Áreas Silvestres Protegidas?
La conservación, como cualquier otra actividad de gestión de territorios, requiere de recursos humanos, físicos y financieros; y por ende, un compromiso y voluntad real del Estado para el desarrollo de sus Áreas Silvestres Protegidas.
Sin embargo, existen evidencias de que este compromiso no es una prioridad. En varias columnas de opinión anteriores he desarrollado esta idea, pero siempre con la esperanza de que se genere un cambio en la voluntad en las autoridades.
Lamentablemente, el presupuesto presentado al Congreso para el año 2018, no trae buenas noticias; ya que está considerada una disminución del 3% en los fondos disponibles para el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), que es administrado por CONAF.
Ahora bien, es importante destacar que los fondos del SNASPE, provienen de 2 fuentes: arcas fiscales e ingresos de operación. Esto último corresponde a la recaudación que hace CONAF por concepto de cobro de entradas y aporte de concesiones. En palabras más simples, se puede inferir que la conservación en Chile se financia con aportes que hacen todos los chilenos al fisco; y por los ingresos derivados del turismo y actividades de recreación.
Lamentablemente, esta disminución del 3%, se debe principalmente a una baja de casi 11% en el aporte fiscal a las SNASPE. Es decir, si el presupuesto es aprobado por el Congreso tal como está, durante el 2018, el 50% de los fondos para realizar acciones de conservación serán financiados por el Turismo.
Así es, la actividad turística está financiando el 50% de la conservación en Chile.
A raíz de esto, es que siempre hemos difundido la siguiente premisa: “El turismo sustentable es la mejor herramienta disponible para realizar conservación”. Turismo y Conservación no pueden ser considerados como conceptos antagonistas. Son totalmente complementarios. Y de continuar la disminución de fondos (compromiso) estatales para la SNASPE, el turismo será quien mayoritariamente financia la conservación en un futuro.
Otros datos que no dejan de ser relevantes: el Parque Nacional Torres del Paine genera cerca del 48% de los ingresos de operación de CONAF a nivel nacional. Dicho en otras palabras, la actividad turística que se desarrolla en Torres del Paine aporta un 21% del total de los fondos para realizar conservación en todo el país. Y gracias a las empresas socias de la Asociación Gremial de Hoteles y Servicios Turísticos de Torres del Paine (HYST), CONAF a nivel nacional, recauda el equivalente del 5% del total de su presupuesto nacional para conservación.
Por ende, toda acción que genere un impacto negativo en la imagen del destino Torres del Paine, no solo afecta al turismo, sino que también directamente al Parque Nacional que más aporta a financiar la conservación en Chile. Por ello, la necesidad imperiosa de invertir en él. Deseamos escuchar proyectos de inversión de infraestructura habilitante a 5 años, por montos de 15 mil millones de pesos; regularización en el corto plazo de los aspectos sanitarios y medioambientales que tienen un costo de 6 mil millones de pesos; presupuestos anuales de operación de 1.600 millones de pesos. Y por último, que el Estado no deje de invertir en conservación.
Esperaremos con ansias la discusión en el Congreso, para que los presupuestos sean consecuentes con lo que el Estado difunde: Chile como país a la vanguardia del cuidado del medio ambiente.
Víctor Fernández Salinas
Gerente de la Asociación Gremial de Hoteles y Servicios Turísticos de Torres del Paine (HYST)